Cirugía laparoscópica de riñón, próstata, vejiga y suprarrenal

La cirugía laparoscópica ha sido uno de los mayores avances en el ámbito de las intervenciones quirúrgicas, ya que mediante un abordaje mínimamente invasivo con pequeñas incisiones conseguimos llevar a cabo complejas cirugías. El equipo de urología especializada aborda con excelentes resultados las siguientes técnicas:

Nefrectomía radical laparoscópica:

Actualmente, es la técnica estándar para el tratamiento del cáncer de riñón.
Al tratarse de un procedimiento mínimamente invasivo, el paciente se recupera con mayor rapidez (alta hospitalaria a los 3-5 días) y menor dolor en el postoperatorio.
La cirugía se lleva a cabo mediante 3 o 4 pequeñas incisiones (5-12 mm) y luego una mayor (alrededor de 10 cm, aunque depende del tamaño del riñón/tumor) que nos permite extraer el riñón con su tumoración.

Nefrectomía parcial laparoscópica:

Al igual que en la anterior, se trata de un abordaje con mínimas incisiones, aunque la complejidad del procedimiento es mayor.
Durante la cirugía se identifica el tumor en el riñón, realizando un exéresis del mismo. Para evitar un sangrado excesivo, es preciso localizar los vasos sanguíneos que llegan al riñón y ocluirlos temporalmente.

Pieloplastia laparoscópica:

Es el tratamiento recomendado cuando se presenta una estenosis de la unión pieloureteral, que produce una obstrucción a la salida de la orina del riñón.
Con este procedimiento, se realiza una sección y ampliación de la zona estrecha a través de 3 o 4 pequeñas incisiones (05-10 mm).
La recuperación es rápida y menos dolorosa que con el abordaje convencional de cirugía abierta.
Colposacropexia laparoscópica
Se trata del abordaje estándar cuando existe un prolapso complejo y voluminoso de los órganos pélvicos.
Mediante un abordaje con 3-4 pequeñas incisiones (5 mm) se realiza una tracción del suelo y órganos de la pelvis con una malla, que posteriormente se anclará en el hueso sacro para evitar su descenso.
Este procedimiento combina una rápida recuperación y alta hospitalaria precoz, con una corrección del problema excelente.

Prostatectomía radical laparoscópica

Recientemente se ha introducido la laparoscopia en el tratamiento del cáncer de próstata localizado, aportando un control oncológico (curación del cáncer) y resultados funcionales (continencia urinaria y función eréctil) similares a la cirugía abierta que se practicaba de forma convencional.
Sin embargo, este abordaje añade unos claros beneficios al tratarse de una cirugía mínimamente invasiva. El sangrado durante la intervención es claramente menor (se reduce la probabilidad de ser trasfundido) y la recuperación hospitalaria tras la cirugía es más breve (alta hospitalaria en 48-96 horas).
La cirugía se realiza a través de 4 pequeñas incisiones (5-10 mm) siendo una de ellas mayor (3-4 cm, en función del volumen de la próstata) para la extracción de la pieza quirúrgica. La visualización de la pelvis menor es mejor que en la cirugía abierta convencional, pudiendo realizar la sutura entre la vejiga y la uretra de una forma que garantice la estanqueidad y evite la fuga urinaria.

Cistectomía radical laparoscópica

La cirugía laparoscópica se ha introducido como una opción en el tratamiento del cáncer de vejiga infiltrante (con afectación del músculo de la vejiga).
Este procedimiento permite realizar una cirugía menos invasiva que la tradicional por vía abierta, reduciéndose la pérdida de sangre (menor probabilidad de transfusión de sangre) y mejorando la recuperación en el postoperatorio.
La cirugía se realiza a través de 4 pequeñas incisiones (5-10 mm), y posteriormente una mayor para realizar la derivación urinaria oportuna, según las características de cada paciente en particular.
Los tipos de derivación urinaria más frecuentemente empleados son:

  • Ortotópica: el paciente realiza la micción por uretra.
  • Heterotópica: se realiza un conducto que aboca a la piel del abdomen, donde se recoge la orina con una bolsa colectora.

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